Siempre he querido que al ser viejita, viejita; cuando este bien arrugada (jajaja) y bastante sorda(jajajja), aún tenga el espiritú de niña. Que pese toda adversidad no pierda el querer sonreir y reír sin parar, el que nadie alrededor este mal, que nadie llore y que no olvide nunca que todos necesitamos un abrazo derrepente.
Suena posible pero siempre tenemos obstaculos que pese a superarlos se quedan con pequeñas partes de uno, que poco a poco nos van desgastando.
Es por eso que quiero que halla algo que me reduerde el ser niña nuevamente. Aunque este tarde para el trabajo y tal vez hasta la hora del níspero en la oficina, aún recuerde que hace años atrás me podía reír horas del chiste que me contaba mi papá (Es bastante fome por lo cierto, pero cada vez que se relata en un momento imprevisto, consigue risas en mi).
También cuando este atada de problemas recordar los abrazos de osos y los juegos de la niñez, donde solo habiía que decir 1,2,3 por mi para librarse y saltar el elastico para jugar a al chascona.
Eso quiero ser cuando grande: seguir siendo niña, así sería Súper feliz.
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