Ella recogía los pedazos rotos, uno por uno, sin decir nada, uno por uno, mirandolos con cara de nostalgía, tratando de recordar cuando fue la última vez que lo vio intacto.
Su mano se topó con otra, ella levantó la mirada y se encontro con una cara bondadosa.
-¿Te ayudo?
Ella sin decir nada, movío su cabeza en señal de un sí.
Mientras la ayudaban, él le contaba historias y ella silenciosamente escuchaba con atención cada palabra que salía de su boca, una vez que termino de juntar todos los pedazos se puso de pie, al igual que el joven, rapidamente esbozo un "Gracias", se dio media vuelta y empezó a caminar rapidamente.
Derrepente escuchó un "Espera ¿Puedo acompañarte? voy por el mismo camino", otra vez asintió con su cabeza, él habló todo el camino, le contaba de sus lejanas tierras, de su mundo y de él, poco a poco se fue olvidando de los problemas que habían inundado su mente por un buen tiempo, incluso dicen que sonrio, pero eso nunca fue confirmado. Ella llego a su destino y se despidio, iba a subir la escalera cuando el joven le dijo: "Si quieres mañana te ayudo a pegar las piezas, tengo un pegamento que podría servir", ella esbozó un sí, "enconces mañana nos vemos".
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