domingo, 27 de abril de 2008

Nómade

Cada cierto tiempo mi espiritú nomade sale a flote, nunca puedo estar por mucho tiempo en un solo lugar, la costumbre de cambiar de ciudad esta impreso en mi ser. Por más que ame una ciudad: el paisaje y la gente, debo irme olvidar todo y sentir nuevos aires.
Por ahora he logrado engañarlo con simples viajes, que no superan un par de meses, pero mi mente ya conoció lugares que le ganan a esta ciudad: donde la luna se baña en las aguas de su río, mi alma se enamoro de calles donde el amor y la poesía son uno, donde la historia data de mucho antes que este lugar haya sido descubirto, a veces deseo hacer mis maletas y marcharme, sin decir nada, sin decir adiós.
Odio las despedidas, odio los últimos abrazos y los hasta siempre, son pura falsedad. Son una promesa vacía y sin compromisos.
Hoy son esos días que tomaría unas cosas y tomaría otro rumbo, otro camino y tal vez volver, cuando ya este despejada o tal vez en otra vida.

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