sábado, 24 de noviembre de 2007

Un minuto.


Voy tarde, debería estar ya en la puerta, dispuesta a salir, hay gente que me espera, pero existe un magnetismo y un deseo de estar unos minutos más pegada al computador.

Miro la hora: Son las 0.12 de la mañana, y a la mente se me vienen recuerdos varios, estuve esperando este día hace mucho, no es que quisiera que llegara, pero no podia permitir que pasará inadvertido.

Tan fugaz como tu despedida, este año que ha pasado, ha sido un vaiben de emociones, entre volver y retomar la locura de final de año, licenciarme de 4to, y tener una entrada extra que era para ti, pero sabia que tu ya no la usarías, la PSU, entrar a la U, nuevas personas, nuevos desafios, sueños que se harían realidad; el conocer un pequeña gran parte del mundo por medio de la actividad que más me satisface como persona, y en el recibir mi regalo de cumpleaños de parte tuya: Por que yo sé y tengo la convicción que ese jardín del hospital de París era para mi, ese jardín por mi cumpleaños era mio, senti la paz y seguridad que necesitaba en ese momento.

Días y días pasaron me acuerdo de tu voz y de tus abrazos, de tus caras cuando llegabamos de sorpresa a tu casa y de tantos domingos en tu casa.


Te extraño, y aún encuentro injusto el que te hallas ido tan temprano de mi lado, siento que aún tenia que estrujar más de ti, siento que no absorbi suficentes cosas de ti. Aún me falta aprender muchas cosas, acerca de la gente, desafios, valores y sentimientos, pero muchas ya las aprendi de ti.


Te Quiero y mucho, no sabes la falta que me haces y el dolor que tengo de no haber estado más tiempo contigo.


Te quiero tatita.

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